Dentro de las causas que han generado los gastos recientemente cubiertos por las aseguradoras, se incluyen el año más caluroso jamás registrado y el más mortífero desde 2010, y otros fenómenos que evidencian que el cambio climático se ha convertido en el principal desafío para las aseguradoras a nivel mundial, esto de acuerdo con mi colega Franklin Manchester, quien ocupa el cargo de Global Insurance Strategic Advisor en SAS.
Él, al igual que yo, está convencido de que los eventos climáticos sin precedentes son ahora la norma. El riesgo climático representa ya la mayor amenaza que enfrenta el ecosistema asegurador y la humanidad. Derivado de ello, las aseguradoras enfrentan pérdidas millonarias debido a desastres naturales cada vez más frecuentes e intensos, poniendo en jaque su sostenibilidad.
La creciente frecuencia y severidad de desastres naturales como huracanes, inundaciones e incendios forestales están redefiniendo el mapa del riesgo. Por ejemplo, eventos como el huracán Beryl, que se convirtió en una tormenta de categoría 5 más temprano que cualquier otra en un siglo, así como las lluvias sin precedentes en Dubái, demuestran la volatilidad climática actual.
Las aseguradoras están retrocediendo en mercados altamente expuestos, como California y Florida, donde la falta de viabilidad financiera para ofrecer coberturas enfrenta a consumidores con primas cada vez más altas. Por ejemplo, en Nueva Zelanda se proyecta que miles de personas perderán cobertura contra inundaciones para 2050 debido a incrementos del 21% en las tarifas.
Franklin Manchester asevera que el crecimiento de las primas es otro indicador de la presión que enfrentan las aseguradoras. Dicha aseveración es reforzada con el dato de Allianz de 2023, en el que se reporta que el sector creció 7.5%, el ritmo más rápido desde 2006, impulsado, entre otros aspectos, por aumentos de doble dígito en tarifas, como la del 22% anual en los seguros de automóviles en Estados Unidos.
Así, podemos confirmar que el aumento en la frecuencia y magnitud de los eventos catastróficos que ha traído consigo el cambio climático, obliga a las aseguradoras a ajustar sus modelos de riesgo. Estas empresas ya incorporan nuevos riesgos asociados con dicho fenómeno en sus cálculos para delimitar mejor las coberturas o ajustar sus primas, buscando siempre transparencia en estos procesos.
Para enfrentar el reto, la tecnología y la analítica de datos son herramientas fundamentales, pues el manejo adecuado de los datos permite a las aseguradoras realizar estimaciones más precisas y evitar errores en la evaluación del riesgo.
Además, las plataformas y soluciones que ayuden a recopilar, limpiar y estructurar datos para una mejor toma de decisiones, como las desarrolladas por SAS, permiten a las aseguradoras no solo analizar datos históricos, sino también crear modelos predictivos que las ayuden a ser más ágiles en sus estrategias de mitigación.
Dentro de este rol, las aseguradoras deben llevar procesos estructurados en la gestión del riesgo o risk management para identificar de manera precisa los riesgos que se deben asumir en sus coberturas y cuáles son aquellos que se deben evitar.
El mal manejo de la información puede llevar a subestimar o sobrestimar los riesgos. Si los subestiman, pueden comprometer la estabilidad financiera de la compañía; si los sobrestiman, podrían fijar precios fuera de mercado y perder competitividad.
Desafíos para el sector asegurador en LATAM
Las aseguradoras que operan en la región han adoptado distintos enfoques en su actuar. En este ecosistema vemos tres tipos de actores: las empresas que lideran la innovación, aquellas que observan y adoptan estrategias probadas, y las que aún dudan en invertir en nuevas tecnologías. Aunque una cosa es clara, cada vez más compañías enfrentan la necesidad de integrar analítica avanzada en su gestión de riesgos.
Uno de los principales desafíos dentro del sector es la necesidad de industrializar el conocimiento y los procesos dentro de las aseguradoras. Las compañías deben establecer procesos estandarizados en el manejo de datos y evitar que el análisis dependa únicamente de decisiones individuales o actos aislados. Esto garantiza que cualquier analista pueda trabajar bajo un mismo esquema y replicar estrategias exitosas. Otro aspecto importante es la participación de la alta gerencia en la definición de la visión de negocio, ya que su liderazgo es clave para impulsar la adopción de soluciones innovadoras.
Recomendaciones para fortalecer el sector asegurador
Vemos una clara necesidad en adoptar soluciones innovadoras y construir comunidades resilientes como parte de la estrategia de las aseguradoras. Ejemplos como la Universidad Pepperdine, que sobrevivió al incendio de Woolsey en 2018 gracias a un diseño arquitectónico y paisajístico resistente, deben ser tomados como un modelo a seguir.
Además, tecnologías como el Internet de las cosas (IoT) en la gestión de riesgos de inundaciones en Yakarta y la impresión 3D de viviendas resistentes al fuego en California, demuestran el potencial de la innovación en la mitigación de riesgos climáticos.
En conclusión, el cambio climático no es solo un desafío para las aseguradoras, sino un llamado a la acción colaborativa. La brecha de protección, que persiste en un 62% a nivel global, resalta la urgencia de soluciones integrales. Si no actuamos juntos, existe una posibilidad de que la industria aseguradora colapse para 2040. En un mundo cada vez más expuesto a los desastres naturales, la industria aseguradora tiene la oportunidad, y la responsabilidad, de liderar la adaptación al cambio climático, asegurando no solo su supervivencia, sino también la protección de comunidades enteras.
Ver más entradas del autor
Tags